Sábado 24 de Septiembre de 2022

Sábado de la 25° Semana durante el año

Bienaventurada Virgen María de la Merced

24 de septiembre

Nuestra Señora de la Merced

En Argentina: memoria obligatoria

La mano del Señor me ha dado fuerzas

Lectura del libro de Judit 15, 8-10; 16, 13-14

El sumo sacerdote Joaquím y los ancianos del pueblo de Israel que habitaban en Jerusalén vinieron para contemplar los beneficios con que Dios había colmado a Israel, y también para ver a Judit y saludarla. Al verla, todos a unas, la elogiaron y le dijeron:
«¡Tú eres la gloria de Jerusalén,
tú el gran orgullo de Israel,
tú el insigne honor de nuestra raza!
Al realizar todo esto con tu propia mano,
has hecho un gran bien a Israel,
y Dios ha aprobado tu obra.
Que el Señor todopoderoso te bendiga para siempre».
Y todo el pueblo dijo: «¡Amén!»
Judit entonó este canto:
Cantaré a mi Dios un canto nuevo:
¡Señor, tú eres grande y glorioso,
admirable por tu poder e invencible!
Que te sirvan todas las criaturas,
porque Tú lo dijiste y fueron hechas,
enviaste tu espíritu y él las formó,
y nadie puede resistir a tu voz.

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL Lc 1, 46-55

R. ¡El Señor se ha compadecido de su Pueblo!

Mi alma canta la grandeza del Señor,
y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador. R.

Porque Él miró con bondad la pequeñez de su servidora.
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz,
porque el Todopoderso ha hecho en mí grandes cosas:
¡su Nombre es santo! R.

Su misericordia se extiende de generación en generación
sobre aquellos que le temen.
Desplegó la fuerza de su brazo,
dispersó a los soberbios de corazón. R.

Derribó a los poderosos de su trono
y elevó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos
y despidió a los ricos con las manos vacías. R.

Socorrió a Israel, su servidor,
acordándose de su misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abraham y de su descendencia para siempre. R.


ALELUIA Cf. Lc 1, 45

Aleluia.
¡Feliz de ti, Virgen María,
por haber creído que se cumplirá
lo que te fue anunciado de parte del Señor!
Aleluia.

EVANGELIO

Mujer, ahí tienes a tu hijo

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Juan


19, 25-27

Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien Él amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.

Palabra del Señor.




o de la feria:

Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud,
antes que el polvo vuelva a la tierra
y el aliento vuelva a Dios

Lectura del libro del Eclesiastés 11, 9—12, 8

Alégrate, muchacho, mientras eres joven,
y que tu corazón sea feliz en tus años juveniles.
Sigue los impulsos de tu corazón
y lo que es un incentivo para tus ojos;
pero ten presente que por todo eso
Dios te llamará a juicio.
Aparta de tu corazón la tristeza
y aleja de tu carne el dolor,
porque la juventud y la aurora de la vida pasan fugazmente.

Acuérdate de tu Creador
en los días de tu juventud,
antes que lleguen los días penosos
y vengan los años en los que dirás:
«No encuentro en ellos ningún placer»;
antes que se oscurezcan el sol y la luz,
la luna y las estrellas,
y vuelvan las nubes cargadas de lluvia.
En aquel día temblarán los guardianes de la casa
y se encorvarán los hombres vigorosos;
se detendrán las moledoras, que ya serán pocas,
y se oscurecerán las que miran por las ventanas;
se cerrarán las puertas de la calle,
mientras declina el ruido del molino;
cesará el canto de los pájaros
y enmudecerán las que entonan canciones.

Entonces se temerán las cuestas empinadas
y los terrores acecharán por el camino.
El almendro estará florecido,
se pondrá pesada la langosta
y la alcaparra perderá su eficacia.
Porque el hombre se va a su morada eterna,
mientras las plañideras rondan por la calle.
Sí, acuérdate de él antes que se corte la hebra de plata
y se quiebre la ampolla de oro,
antes que se haga pedazos el cántaro en la fuente
y se rompa la cuerda del aljibe;
antes que el polvo vuelva a la tierra, como lo que es,
y el aliento vuelva a Dios, porque es él quien lo dio.

¡Vanidad, pura vanidad!, dice Cohélet.
¡Nada más que vanidad!

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL 89, 3-6. 12-14. 17

R. ¡Tú has sido nuestro refugio, Señor!

Tú haces que los hombres vuelvan al polvo,
con sólo decirles: «Vuelvan, seres humanos».
Porque mil años son ante tus ojos
como el día de ayer, que ya pasó,
como una vigilia de la noche. R.

Tú los arrebatas, y son como un sueño,
como la hierba que brota de mañana:
por la mañana brota y florece,
y por la tarde se seca y se marchita. R.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que nuestro corazón alcance la sabiduría.
¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...?
Ten compasión de tus servidores. R.

Sácianos en seguida con tu amor,
y cantaremos felices toda nuestra vida.
Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor;
que el Señor, nuestro Dios,
haga prosperar la obra de nuestras manos. R.


ALELUIA Cf. 2 Tim 1, 10b

Aleluia.
Nuestro Salvador Jesucristo destruyó la muerte
e hizo brillar la vida, mediante la Buena Noticia.
Aleluia.

EVANGELIO

El Hijo del hombre va a ser entregado.
Temían interrogar a Jesús acerca de esto

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Lucas


9, 43b-45

Mientras todos se admiraban por las cosas que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: «Escuchen bien esto que les digo: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres».
Pero ellos no entendían estas palabras: su sentido les resultaba oscuro, de manera que no podían comprenderlas, y temían interrogar a Jesús acerca de esto.

Palabra del Señor.



NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED

Patrona de la arquidiócesis de Bahía Blanca: solemnidad.
Patrona de la arquidiócesis de Tucumán: solemnidad.
Patrona de la arquidiócesis de Mercedes-Luján y Titular de la Catedral: solemnidad.
Patrona de la diócesis de Chascomús: solemnidad.

En estas Iglesias particulares:


La mano del Señor me ha dado fuerzas

Lectura del libro de Judit 15, 8-10; 16, 13-14

El sumo sacerdote Joaquím y los ancianos del pueblo de Israel que habitaban en Jerusalén vinieron para contemplar los beneficios con que Dios había colmado a Israel, y también para ver a Judit y saludarla. Al verla, todos a unas, la elogiaron y le dijeron:
«¡Tú eres la gloria de Jerusalén,
tú el gran orgullo de Israel,
tú el insigne honor de nuestra raza!
Al realizar todo esto con tu propia mano,
has hecho un gran bien a Israel,
y Dios ha aprobado tu obra.
Que el Señor todopoderoso te bendiga para siempre».
Y todo el pueblo dijo: «¡Amén!»
Judit entonó este canto:
Cantaré a mi Dios un canto nuevo:
¡Señor, tú eres grande y glorioso,
admirable por tu poder e invencible!
Que te sirvan todas las criaturas,
porque Tú lo dijiste y fueron hechas,
enviaste tu espíritu y él las formó,
y nadie puede resistir a tu voz.

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL Lc 1, 46-55

R. ¡El Señor se ha compadecido de su Pueblo!

Mi alma canta la grandeza del Señor,
y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador. R.

Porque Él miró con bondad la pequeñez de su servidora.
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz,
porque el Todopoderso ha hecho en mí grandes cosas:
¡su Nombre es santo! R.

Su misericordia se extiende de generación en generación
sobre aquellos que le temen.
Desplegó la fuerza de su brazo,
dispersó a los soberbios de corazón. R.

Derribó a los poderosos de su trono
y elevó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos
y despidió a los ricos con las manos vacías. R.

Socorrió a Israel, su servidor,
acordándose de su misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abraham y de su descendencia para siempre. R.


Ustedes han sido llamados a vivir en libertad.
El fruto del Espíritu

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo
a los cristianos de Galacia

5, 1-2. 13-25

Hermanos:
Ésta es la libertad que nos ha dado Cristo. Manténganse firmes para no caer de nuevo bajo el yugo de la esclavitud. Yo mismo, Pablo, les digo: si ustedes se hacen circuncidar, Cristo no les servirá de nada.
Ustedes, hermanos, han sido llamados para vivir en libertad, pero procuren que esta libertad no sea un pretexto para satisfacer los deseos carnales: háganse más bien servidores los unos de los otros, por medio del amor. Porque toda la Ley está resumida plenamente en este precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Pero si ustedes se están mordiendo y devorando mutuamente, tengan cuidado porque terminarán destruyéndose los unos a los otros.
Yo los exhorto a que se dejen conducir por el Espíritu de Dios, y así no serán arrastrados por los deseos de la carne. Ambos luchan entre sí, y por eso, ustedes no pueden hacer todo el bien que quieren. Pero si están animados por el Espíritu, ya no están sometidos a la Ley.
Se sabe muy bien cuáles son las obras de la carne: fornicación, impureza y libertinaje, idolatría y superstición, enemistades y peleas, rivalidades y violencias, ambiciones y discordias, sectarismos, disensiones y envidias, ebriedades y orgías, y todos los excesos de esta naturaleza. Les vuelvo a repetir que los que hacen estas cosas no poseerán el Reino de Dios.
Por el contrario, el fruto del Espíritu es: amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y temperancia. Frente a estas cosas, la Ley está demás, porque los que pertenecen a Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y sus malos deseos. Si vivimos animados por el Espíritu, dejémonos conducir también por Él.

Palabra de Dios.


ALELUIA Cf. Lc 1, 45

Aleluia.
¡Feliz de ti, Virgen María,
por haber creído que se cumplirá
lo que te fue anunciado de parte del Señor!
Aleluia.

EVANGELIO

Mujer, ahí tienes a tu hijo

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Juan


19, 25-27

Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien Él amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.

Palabra del Señor.






En el Obispado castrense:
NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED, Patrona del Ejército Argentino: fiesta.


La mano del Señor me ha dado fuerzas

Lectura del libro de Judit 15, 8-10; 16, 13-14

El sumo sacerdote Joaquím y los ancianos del pueblo de Israel que habitaban en Jerusalén vinieron para contemplar los beneficios con que Dios había colmado a Israel, y también para ver a Judit y saludarla. Al verla, todos a unas, la elogiaron y le dijeron:
«¡Tú eres la gloria de Jerusalén,
tú el gran orgullo de Israel,
tú el insigne honor de nuestra raza!
Al realizar todo esto con tu propia mano,
has hecho un gran bien a Israel,
y Dios ha aprobado tu obra.
Que el Señor todopoderoso te bendiga para siempre».
Y todo el pueblo dijo: «¡Amén!»
Judit entonó este canto:
Cantaré a mi Dios un canto nuevo:
¡Señor, tú eres grande y glorioso,
admirable por tu poder e invencible!
Que te sirvan todas las criaturas,
porque Tú lo dijiste y fueron hechas,
enviaste tu espíritu y él las formó,
y nadie puede resistir a tu voz.

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL Lc 1, 46-55

R. ¡El Señor se ha compadecido de su Pueblo!

Mi alma canta la grandeza del Señor,
y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador. R.

Porque Él miró con bondad la pequeñez de su servidora.
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz,
porque el Todopoderso ha hecho en mí grandes cosas:
¡su Nombre es santo! R.

Su misericordia se extiende de generación en generación
sobre aquellos que le temen.
Desplegó la fuerza de su brazo,
dispersó a los soberbios de corazón. R.

Derribó a los poderosos de su trono
y elevó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos
y despidió a los ricos con las manos vacías. R.

Socorrió a Israel, su servidor,
acordándose de su misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abraham y de su descendencia para siempre. R.


ALELUIA Cf. Lc 1, 45

Aleluia.
¡Feliz de ti, Virgen María,
por haber creído que se cumplirá
lo que te fue anunciado de parte del Señor!
Aleluia.

EVANGELIO

Mujer, ahí tienes a tu hijo

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Juan


19, 25-27

Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien Él amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.

Palabra del Señor.






En la prelatura de Deán Funes:
NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED, Patrona de la prelatura: fiesta.


Todo como en el Obispado castrense.



Parroquia San Patricio, Mercedes, Buenos Aires
Calle 12 462 - (CP: B6600HTJ)
Tel: (54)-2324-43-3202