Viernes 18 de Agosto de 2023
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Viernes de la 19° Semana durante el año
Santa Elena, de Constantinopla
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Tomé al padre de ustedes del otro lado del Río;
los hice salir de Egipto; los introduje en el país
Lectura del libro de Josué
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24, 1-13
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Josué reunió en Siquém a todas las tribus de Israel, y convocó a los ancianos de Israel, a sus jefes, a sus jueces y a sus escribas, y ellos se presentaron delante del Señor. Entonces Josué dijo a todo el pueblo:
«Así habla el Señor, el Dios de Israel: Sus antepasados, Téraj, el padre de Abraham y Najor, vivían desde tiempos antiguos al otro lado del río, y servían a otros dioses. Pero yo tomé a Abraham, el padre de ustedes, del otro lado del río, y le hice recorrer todo el país de Canaán. Multipliqué su descendencia, y le di como hijo a Isaac. A Isaac lo hice padre de Jacob y de Esaú. A Esaú le di en posesión la montaña de Seír, mientras que Jacob y sus hijos bajaron a Egipto.
Luego envié a Moisés y a Aarón, y castigué a Egipto con los prodigios que realicé en medio de ellos. Después los hice salir de Egipto, a ustedes y a sus padres, y ustedes llegaron al mar. Los egipcios persiguieron a sus padres, con carros y guerreros, hasta el Mar Rojo. Pero ellos pidieron auxilio al Señor: él interpuso una densa oscuridad entre ustedes y los egipcios, y envió contra ellos el mar, que los cubrió. Ustedes vieron con sus propios ojos lo que hice en Egipto. Luego permanecieron en el desierto durante largo tiempo, y después los introduje en el país de los amorreos, que habitaban al otro lado del Jordán. Cuando ellos les hicieron la guerra, yo los entregué en sus manos, y así pudieron tomar posesión de su país, porque los exterminé delante de ustedes. Entonces Balac –hijo de Sipor, rey de Moab– se levantó para combatir contra Israel, y mandó llamar a Balaam, hijo de Beor, para que los maldijera. Pero yo no quise escuchar a Balaam, y él tuvo que bendecirlos. Así los libré de su mano.
Después ustedes cruzaron el Jordán y llegaron a Jericó. La gente de Jericó les hizo la guerra, y lo mismo hicieron los amorreos, los perizitas, los cananeos, los hititas, los guirgasitas, los jivitas y los jebuseos; pero yo los entregué en sus manos. Hice cundir delante de ustedes el pánico, que puso en fuga a toda esa gente y a los dos reyes amorreos. Esto no se lo debes ni a tu espada ni a tu arco. Así les di una tierra que no cultivaron, y ciudades que no edificaron, donde ahora habitan; y ustedes comen los frutos de viñas y olivares que no plantaron».
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
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135, 1-3. 16-18. 21-22. 24
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R. ¡Den gracias al Señor, porque es eterno su amor!
¡Den gracias al Señor, porque es bueno!
¡Den gracias al Dios de los dioses!
¡Den gracias al Señor de los señores! R.
Al que guió a su pueblo por el desierto,
al que derrotó a reyes poderosos.
Y dio muerte a reyes temibles. R.
Al que dio sus territorios en herencia,
en herencia a Israel, su servidor,
y nos libró de nuestros opresores. R.
Aleluia.
Reciban la Palabra de Dios, no como palabra humana,
sino como lo que es realmente, como Palabra de Dios.
Aleluia.
E VANGELIO
Moisés les premitió divorciarse de su mujer,
debido a la dureza del corazón de ustedes;
pero al principio no era así
Se acercaron a Jesús algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le dijeron: «¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?»
Él respondió: «¿No han leído ustedes que el Creador, desde el principio, “los hizo varón y mujer”; y que dijo: “Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne”? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido».
Le replicaron: «Entonces, ¿por qué Moisés prescribió entregar una declaración de divorcio cuando uno se separa?»
Él les dijo: «Moisés les permitió divorciarse de su mujer, debido a la dureza del corazón de ustedes, pero al principio no era así. Por lo tanto, yo les digo: El que se divorcia de su mujer, a no ser en caso de unión ilegal, y se casa con otra, comete adulterio».
Sus discípulos le dijeron: «Si esta es la situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse». Y Él les respondió: «No todos entienden este lenguaje, sino sólo aquellos a quienes se les ha concedido. En efecto, algunos no se casan, porque nacieron impotentes del seno de su madre; otros, porque fueron castrados por los hombres; y hay otros que decidieron no casarse a causa del Reino de los cielos. ¡El que pueda entender, que entienda!»
Palabra del Señor.
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