Miércoles 26 de Julio de 2023
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Miércoles de la 16° Semana durante el año
Santos Joaquín y Ana, padres de la bienaventurada Virgen María
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26 de julio
Santos Joaquín y Ana
padres de la Virgen María
Memoria
Su nombre sobrevive a través de las generaciones
Lectura del libro del Eclesiástico
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44, 1. 9-15
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Elogiemos a los hombres ilustres,
a los antepasados de nuestra raza.
Porque hay otros que cayeron en el olvido
y desaparecieron como si no hubieran existido;
pasaron como si no hubieran nacido,
igual que sus hijos después de ellos.
No sucede así con aquéllos, los hombres de bien,
cuyas obras de justicia no han sido olvidadas.
Con su descendencia se perpetúa
la rica herencia que procede de ellos.
Su descendencia fue fiel a las alianzas
y también sus nietos, gracias a ellos.
Su descendencia permanecerá para siempre,
y su gloria no se extinguirá.
Sus cuerpos fueron sepultados en paz,
y su nombre sobrevive a través de las generaciones.
Los pueblos proclaman su sabiduría,
y la asamblea anuncia su alabanza.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
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131, 11. 13-14. 17-18
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R. El Señor le dará el trono de David, su padre.
El Señor hizo un juramento a David,
una firme promesa, de la que no se retractará:
«Yo pondré sobre tu trono
a uno de tus descendientes». R.
Porque el Señor eligió a Sión,
y la deseó para que fuera su Morada.
«Este es mi Reposo para siempre;
aquí habitaré, porque lo he deseado. R.
Allí haré germinar el poder de David:
Yo preparé una lámpara para mi Ungido.
Cubriré de vergüenza a sus enemigos
y su insignia real florecerá sobre él». R.
Aleluia.
Esperaban el consuelo de Israel,
y el Espíritu Santo estaba en ellos.
Aleluia.
E VANGELIO
Muchos profetas y justos desearon ver
lo que ustedes ven
Jesús dijo a sus discípulos:
Felices los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen. Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron; oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron.
Palabra del Señor.
o de la feria:
Yo haré caer pan para ustedes
desde lo alto del cielo
Lectura del libro del Éxodo
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16, 1-5. 9-15
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Los israelitas partieron de Elím, y el día quince del segundo mes después de su salida de Egipto, toda la comunidad de los israelitas llegó al desierto de Sin, que está entre Elím y el Sinaí.
En el desierto, los israelitas comenzaron a protestar contra Moisés y Aarón. «Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en Egipto, les decían, cuando nos sentábamos delante de las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos. Porque ustedes nos han traído a este desierto para matar de hambre a toda esta asamblea».
Entonces el Señor dijo a Moisés: «Yo haré caer pan para ustedes desde lo alto del cielo, y el pueblo saldrá cada día a recoger su ración diaria. Así los pondré a prueba, para ver si caminan o no de acuerdo con mi ley. El sexto día de la semana, cuando preparen lo que hayan juntado, tendrán el doble de lo que recojan cada día».
Moisés dijo a Aarón: «Da esta orden a toda la comunidad de los israelitas: “Preséntense ante el Señor, porque Él ha escuchado sus protestas”». Mientras Aarón les estaba hablando, ellos volvieron su mirada hacia el desierto, y la gloria del Señor se apareció en la nube. Y el Señor dijo a Moisés:
«Yo escuché las protestas de los israelitas. Por eso, háblales en estos términos: “A la hora del crepúsculo ustedes comerán carne, y por la mañana se hartarán de pan. Así sabrán que Yo, el Señor, soy su Dios”».
Efectivamente, aquella misma tarde se levantó una bandada de codornices que cubrieron el campamento; y a la mañana siguiente había una capa de rocío alrededor de él. Cuando esta se disipó, apareció sobre la superficie del desierto una cosa tenue y granulada, fina como la escarcha sobre la tierra. Al verla, los israelitas se preguntaron unos a otros: «¿Qué es esto?» Porque no sabían lo que era. Entonces Moisés les explicó: «Este es el pan que el Señor les ha dado como alimento».
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
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77, 18-19. 23-28
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R. El Señor les dio un alimento celestial.
Los israelitas tentaron a Dios en sus corazones,
pidiendo comida a su antojo.
Hablaron contra Dios, diciendo:
«¿Acaso tiene Dios poder suficiente
para preparar una mesa en el desierto?» R.
Entonces mandó a las nubes en lo alto
y abrió las compuertas del cielo:
hizo llover sobre ellos el maná,
les dio como alimento un trigo celestial. R.
Todos comieron un pan de ángeles,
les dio comida hasta saciarlos.
Hizo soplar desde el cielo el viento del este,
atrajo con su poder el viento del sur. R.
Hizo llover sobre ellos carne como polvo
y pájaros como arena del mar:
los dejó caer en medio del campamento,
alrededor de sus carpas. R.
Aleluia.
La semilla es la palabra de Dios, el sembrador es Cristo;
el que lo encuentra permanece para siempre.
Aleluia.
E VANGELIO
Dieron fruto centuplicado
Jesús salió de la casa y se sentó a orillas del mar. Una gran multitud se reunió junto a Él, de manera que debió subir a una barca y sentarse en ella, mientras la multitud permanecía en la costa. Entonces Él les habló extensamente por medio de parábolas.
Les decía: «El sembrador salió a sembrar. Al esparcir las semillas, algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron. Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol, se quemaron y, por falta de raíz, se secaron. Otras cayeron entre espinas, y estas, al crecer, las ahogaron. Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta.
¡El que tenga oídos, que oiga!»
Palabra del Señor.
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