Sábado 29 de Julio de 2023
|
Sábado de la 17° Semana durante el año
Santos Marta, María y Lázaro
|
Misa:
|
de la memoria. Lecturas propias optativas (El Evangelio es propio de la memoria).
|
29 de julio
Santa Marta
Memoria
Si nos amamos los unos a los otros,
Dios permanece en nosotros
Lectura de la primera carta de san Juan
|
4, 7-16
|
Queridos míos,
amémonos los unos a los otros,
porque el amor procede de Dios,
y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
El que no ama no ha conocido a Dios,
porque Dios es amor.
Así Dios nos manifestó su amor:
envió a su Hijo único al mundo,
para que tuviéramos Vida por medio de Él.
Y este amor no consiste
en que nosotros hayamos amado a Dios,
sino en que Él nos amó primero,
y envió a su Hijo
como víctima propiciatoria por nuestros pecados.
Queridos míos,
si Dios nos amó tanto,
también nosotros debemos amarnos los unos a los otros.
Nadie ha visto nunca a Dios:
si nos amamos los unos a los otros,
Dios permanece en nosotros
y el amor de Dios ha llegado a su plenitud en nosotros.
La señal de que permanecemos en Él
y Él permanece en nosotros,
es que nos ha comunicado su Espíritu.
Y nosotros hemos visto y atestiguamos
que el Padre envió al Hijo como Salvador del mundo.
El que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios,
permanece en Dios,
y Dios permanece en él.
Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene
y hemos creído en Él.
Dios es amor,
y el que permanece en el amor
permanece en Dios,
y Dios permanece en él.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
|
33, 2-11
|
R. ¡Bendeciré al Señor en todo tiempo!
Bendeciré al Señor en todo tiempo,
su alabanza estará siempre en mis labios.
Mi alma se gloría en el Señor:
que lo oigan los humildes y se alegren. R.
Glorifiquen conmigo al Señor,
alabemos su Nombre todos juntos.
Busqué al Señor: Él me respondió
y me libró de todos mis temores. R.
Miren hacia Él y quedarán resplandecientes,
y sus rostros no se avergonzarán.
Este pobre hombre invocó al Señor:
Él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R.
El Ángel del Señor acampa
en torno de sus fieles, y los libra.
¡Gusten y vean qué bueno es el Señor!
¡Felices los que en Él se refugian! R.
Teman al Señor, todos sus santos,
porque nada faltará a los que lo temen.
Los ricos se empobrecen y sufren hambre,
pero los que buscan al Señor no carecen de nada. R.
o de la feria:
Ésta es la sangre de la Alianza
que el Señor hace con ustedes
Lectura del libro del Éxodo
|
24, 3-8
|
Moisés fue a comunicar al pueblo todas las palabras y prescripciones del Señor, y el pueblo respondió a una sola voz: «Estamos decididos a poner en práctica todas las palabras que ha dicho el Señor».
Moisés consignó por escrito las palabras del Señor, y a la mañana siguiente, bien temprano, levantó un altar al pie de la montaña y erigió doce piedras en representación de las doce tribus de Israel. Después designó a un grupo de jóvenes israelitas, y ellos ofrecieron holocaustos e inmolaron terneros al Señor, en sacrificio de comunión. Moisés tomó la mitad de la sangre, la puso en unos recipientes, y derramó la otra mitad sobre el altar. Luego tomó el documento de la Alianza y lo leyó delante del pueblo, el cual exclamó: «Estamos resueltos a poner en práctica y a obedecer todo lo que el Señor ha dicho».
Entonces Moisés tomó la sangre y roció con ella al pueblo, diciendo: «Esta es la sangre de la Alianza que ahora el Señor hace con ustedes, según lo establecido en estas cláusulas».
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
|
49, 1-2. 5-6. 14-15
|
R. ¡Ofrece al Señor un sacrificio de alabanza!
El Dios de los dioses, el Señor,
habla para convocar a la tierra
desde la salida del sol hasta el ocaso.
El Señor resplandece desde Sión,
que es el dechado de toda hermosura. R.
«Reúnanme a mis amigos,
a los que sellaron mi Alianza con un sacrificio».
¡Que el cielo proclame su justicia,
porque el Señor es el único Juez! R.
Ofrece al Señor un sacrificio de alabanza
y cumple tus votos al Altísimo;
invócame en los momentos de peligro:
Yo te libraré, y tú me glorificarás. R.
Aleluia.
«Yo soy la luz del mundo;
el que me sigue tendrá la luz de la vida», dice el Señor.
Aleluia.
E VANGELIO
Creo que Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios
Muchos judíos habían ido a consolar a Marta y a María, por la muerte de su hermano Lázaro. Al enterarse de que Jesús llegaba, Marta salió a su encuentro, mientras María permanecía en la casa. Marta dijo a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero yo sé que aun ahora, Dios te concederá todo lo que le pidas».
Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará».
Marta le respondió: «Sé que resucitará en la resurrección del último día».
Jesús le dijo:
«Yo soy la Resurrección y la Vida.
El que cree en mí, aunque muera, vivirá;
y todo el que vive y cree en mí
no morirá jamás.
¿Crees esto?»
Ella le respondió: «Sí, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo».
Palabra del Señor.
O bien:
Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas
Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra.
Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude».
Pero el Señor le respondió: «Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, una sola cosa es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada».
Palabra del Señor.
|