Martes 14 de Marzo de 2023

Martes de la 3° Semana de Cuaresma

[San Leobino, abad]

Nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humillado
nos hagan aceptables

Lectura de la profecía de Daniel 3, 25-26. 34-43

Azarías tomó la palabra y oró así:

Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres,
y digno de alabanza,
que tu Nombre sea glorificado eternamente.
No nos abandones para siempre a causa de tu Nombre,
no anules tu Alianza,
no apartes tu misericordia de nosotros,
por amor a Abraham, tu amigo,
a Isaac, tu servidor, y a Israel, tu santo,
a quienes prometiste una descendencia
numerosa como las estrellas del cielo
y como la arena que está a la orilla del mar.
Señor, hemos llegado a ser
más pequeños que todas las naciones,
y hoy somos humillados en toda la tierra
a causa de nuestros pecados.
En este tiempo, ya no hay más jefe,
ni profeta, ni príncipe,
ni holocausto, ni sacrificio, ni oblación, ni incienso,
ni lugar donde ofrecer las primicias,
y así, alcanzar tu favor.
Pero que nuestro corazón contrito
y nuestro espíritu humillado nos hagan aceptables
como los holocaustos de carneros y de toros,
y los millares de corderos cebados;
que así sea hoy nuestro sacrificio delante de ti,
y que nosotros te sigamos plenamente,
porque no quedan confundidos los que confían en ti.
Y ahora te seguimos de todo corazón,
te tememos y buscamos tu rostro.
No nos cubras de vergüenza,
sino trátanos según tu benignidad
y la abundancia de tu misericordia.
Líbranos conforme a tus obras maravillosas,
y da gloria a tu Nombre, Señor.

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL 24, 4-5a. 6-9

R. ¡Acuérdate, Señor, de tu ternura!

Muéstrame, Señor, tus caminos,
enséñame tus senderos.
Guíame por el camino de tu fidelidad;
enséñame, porque Tú eres mi Dios y mi salvador. R.

Acuérdate, Señor, de tu compasión y de tu amor,
porque son eternos.
Por tu bondad, Señor,
acuérdate de mí según tu fidelidad. R.

El Señor es bondadoso y recto:
por eso muestra el camino a los extraviados;
él guía a los humildes para que obren rectamente
y enseña su camino a los pobres. R.


VERSÍCULO ANTES DEL EVANGELIO Cf. Jl 2, 12-13

Vuelvan a mí de todo corazón,
porque soy bondadoso y compasivo.

EVANGELIO

Si no perdonan de corazón a sus hermanos,
tampoco el Padre los perdonará a ustedes

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Mateo


18, 21-35

Se acercó Pedro y dijo a Jesús: «Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?»
Jesús le respondió: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Por eso, el Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores. Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos. Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda. El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: “Dame un plazo y te pagaré todo”. El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda.
Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: “Págame lo que me debes”. El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: “Dame un plazo y te pagaré la deuda”. Pero él no quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor. Este lo mandó llamar y le dijo: “¡Miserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda. ¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de ti?” E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía. Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos».

Palabra del Señor.




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