Lunes 29 de Mayo de 2023
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Lunes de la 8° Semana durante el año
Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia
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Lunes después de Pentecostés
Santa María, Madre de la Iglesia
En Argentina: memoria obligatoria
Se dedicaban a la oración en compañía de María,
la madre de Jesús
Lectura de los Hechos de los Apóstoles
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1, 12-14
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Después que Jesús subió al cielo, los Apóstoles regresaron del monte de los Olivos a Jerusalén: la distancia entre ambos sitios es la que está permitida recorrer en día sábado. Cuando llegaron a la ciudad, subieron a la sala donde solían reunirse. Eran Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago, hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas, hijo de Santiago. Todos ellos, íntimamente unidos, se dedicaban a la oración, en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
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Jdt 13, 18bcde. 19
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R. ¡Tú eres el honor de nuestra raza!
Que el Dios Altísimo te bendiga, hija mía,
más que a todas las mujeres de la tierra;
y bendito sea el Señor Dios,
creador del cielo y de la tierra. R.
Nunca olvidarán los hombres
la confianza que has demostrado
y siempre recordarán
el poder de Dios. R.
Aleluia.
¡Eres feliz, santa Virgen María, y digna de toda alabanza;
de ti nació el sol de la justicia, Cristo, nuestro Dios!
Aleluia.
E VANGELIO
Aquí tienes a tu hijo. Aquí tienes a tu madre
Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena.
Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien Él amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo».
Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre».
Y desde aquella Hora, el discípulo la recibió como suya.
Palabra del Señor.
o de la feria:
Vuelve al Señor y deja de pecar
Lectura del libro del Eclesiástico
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17, 24-26. 29
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A los que se arrepienten, el Señor les permite volver
y reconforta a los que perdieron la constancia.
Vuelve al Señor y deja de pecar,
suplica ante su rostro y deja de ofenderlo.
Vuelve al Altísimo, apártate de la injusticia
y odia profundamente toda abominación.
¡Que grande es la generosidad del Señor
y su perdón para los que vuelven a Él!
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
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31, 1-2. 5-7
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R. ¡Que los justos se alegren en el Señor!
¡Feliz el que ha sido absuelto de su pecado
y leberado de su falta!
¡Feliz el hombre a quien el Señor
no le tiene en cuenta las culpas,
y en cuyo espíritu no hay doblez! R.
Pero yo reconocí mi pecado,
no te escondí mi culpa,
pensando: «Confesaré mis faltas al Señor».
¡Y Tú perdonaste mi culpa y mi pecado! R.
Por eso, que todos tus fieles te supliquen
en el momento de la angustia;
y cuando irrumpan las aguas caudalosas
no llegarán hata ellos. R.
Tú eres mi refugio,
Tú me libras de los peligros
y me colmas
con la alegría de la salvación. R.
Aleluia.
Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre por nosotros,
a fin de enriquecernos con su pobreza.
Aleluia.
E VANGELIO
Vende lo que tienes y sígueme
Jesús se puso en camino. Un hombre corrió hacia Él y, arrodillándose, le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?»
Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Tú conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre».
El hombre le respondió: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud».
Jesús lo miró con amor y le dijo: «Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme».
Él, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes.
Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios!»
Los discípulos se sorprendieron por estas palabras, pero Jesús continuó diciendo: «Hijos míos, ¡qué difícil es entrar en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios».
Los discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a otros: «Entonces, ¿quién podrá salvarse?»
Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: «Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para Él todo es posible».
Palabra del Señor.
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