Miércoles 14 de Agosto de 2024

Miércoles de la 19° Semana durante el año

San Maximiliano María Kolbe, presbítero y mártir

Marca con una letra T la frente de los que se lamentan
por las abominaciones de Jerusalén

Lectura de la profecía de Ezequiel Ezequiel 9, 1-7; 10, 18-22

El Señor gritó fuertemente a mis oídos: «Acérquense, castigos de la ciudad, cada uno con su instrumento de exterminio en la mano». Entonces llegaron seis hombres del lado de la puerta superior que mira hacia el norte, cada uno con su instrumento de destrucción en la mano. En medio de ellos había un hombre vestido de lino, con la cartera de escriba en la cintura. Todos entraron y se detuvieron delante del altar de bronce.
La gloria del Dios de Israel se levantó de encima de los querubines sobre los cuales estaba, se dirigió hacia el umbral de la Casa, y llamó al hombre vestido de lino que tenía la cartera de escriba en la cintura.
El Señor le dijo: «Recorre toda la ciudad de Jerusalén y marca con una letra T la frente de los hombres que gimen y se lamentan por todas las abominaciones que se cometen en medio de ella». Luego oí que les decía a los otros: «Recorran la ciudad detrás de él, hieran sin una mirada de piedad y sin tener compasión. Maten y exterminen a todos, ancianos, jóvenes, doncellas, niños y mujeres, pero no se acerquen a ninguno que esté marcado con la letra T. Comiencen por mi Santuario». Y comenzaron por los ancianos que estaban delante de la Casa.
Después dijo: «Contaminen la Casa y llenen de víctimas los atrios; luego salgan y golpeen en la ciudad».
La gloria del Señor salió de encima del umbral de la Casa y se detuvo sobre los querubines. Al salir, los querubines desplegaron sus alas y se elevaron del suelo, ante mis propios ojos, y las ruedas lo hicieron al mismo tiempo. Ellos se detuvieron a la entrada de la puerta oriental de la Casa del Señor, y la gloria del Dios de Israel estaba sobre ellos, en lo alto. Eran los seres vivientes que yo había visto debajo del Dios de Israel a orillas del río Quebar, y reconocí que eran querubines. Cada uno tenía cuatro rostros y cuatro alas, y una especie de manos de hombre debajo de sus alas. En cuanto a la forma de sus rostros, era la misma que yo había visto en una visión a orillas del río Quebar. Cada uno avanzaba derecho hacia adelante.

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL 112, 1-6

R. ¡La gloria del Señor se eleva sobre el cielo!

O bien:

Aleluia.

Alaben, servidores del Señor,
alaben el Nombre del Señor.
Bendito sea el Nombre del Señor,
desde ahora y para siempre. R.

Desde la salida del sol hasta su ocaso,
sea alabado el Nombre del Señor.
El Señor está sobre todas las naciones,
su gloria se eleva sobre el cielo. R.

¿Quién es como el Señor, nuestro Dios,
que tiene su morada en las alturas,
y se inclina para contemplar
el cielo y la tierra? R.


ALELUIA 2 Cor 5, 19

Aleluia.
Dios estaba en Cristo,
reconciliando al mundo consigo,
confiándonos la palabra de la reconciliación.
Aleluia.

EVANGELIO

Si te escucha, habrás ganado a tu hermano

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Mateo


18, 15-20

Jesús dijo a sus discípulos:
«Si tu hermano peca contra ti, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos. Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano o publicano.
Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo.
También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos».

Palabra del Señor.




ASUNCIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA

Misa vespertina

15 de agosto

La Asunción de la Virgen María

Solemnidad



MISA DE LA VIGILIA

Introdujeron el Arca de Dios
y la colocaron en medio de la Carpa
que David había hecho levantar para ella

Lectura del primer libro de las Crónicas 15, 3-4. 15-16; 16, 1-2

David reunió en Jerusalén a todo Israel, para hacer subir el Arca del Señor al lugar que le había prepado. También reunió a los hijos de Aarón y a los levitas.
Los hijos de los levitas trasladaron el Arca de Dios, sosteniéndola sobre sus hombros con unas andas, como lo había ordenado Moisés según la palabra del Señor. David ordenó a los jefes de los levitas que organizaran a sus hermanos los cantores, con instrumentos musicales, arpas, cítaras y címbalos, para que los hicieran resonar alegremente.
Luego introdujeron el Arca de Dios y la colocaron en medio de la Carpa que David había hecho levantar para ella, y ofrecieron delante de Dios holocaustos y sacrificios de comunión.
Cuando David terminó de ofrecer los holocaustos y los sacrificios de comunión, bendijo al pueblo en nombre del Señor.

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL 131, 6-7. 9-10. 13-14

R. ¡Levántate, Señor, entra en tu Santuario!

Oímos hablar del Arca en Efratá,
y la encontramos en los campos de Jaar.
¡Entremos en su Morada,
postrémonos ante el estrado de sus pies!. R.

Que tus sacerdotes se revistan de justicia
y tus fieles griten de alegría.
Por amor a David, tu servidor,
no rechaces a tu Ungido. R.

Porque el Señor eligió a Sión,
y la deseó para que fuera su Morada.
«Éste es mi Reposo para siempre;
aquí habitaré, porque lo he deseado». R.


Nos ha dado la victoria por Jesucristo

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo
a los cristianos de Corinto

15, 54b-57

Hermanos:
Cuando lo que es mortal se revista de la inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra de la Escritura: “La muerte ha sido vencida. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está tu aguijón?” Porque lo que provoca la muerte es el pecado, y lo que da fuerza al pecado es la Ley.
¡Demos gracias a Dios, que nos ha dado la victoria por nuestro Señor Jesucristo!

Palabra de Dios.


ALELUYA Lc 11, 28

Aleluia.
Felices los que escuchan la Palabra de Dios y la practican.
Aleluia.

EVANGELIO

¡Feliz el vientre que te llevó!

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Lucas


11, 27-28

Jesús estaba hablando y una mujer levantó la voz en medio de la multitud y dijo: «¡Feliz el vientre que te llevó y los pechos que te amamantaron!»
Jesús le respondió: «Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican».

Palabra del Señor.




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