Así habla el Señor:
«Por tres crímenes de Israel,
y por cuatro, no revocaré mi sentencia.
Porque ellos venden al justo por dinero
y al pobre por un par de sandalias;
pisotean sobre el polvo de la tierra
la cabeza de los débiles
y desvían el camino de los humildes;
el hijo y el padre tienen relaciones con la misma joven,
profanando así mi santo Nombre;
se tienden sobre ropas tomadas en prenda,
al lado de cualquier altar,
y beben en la Casa de su Dios
el vino confiscado injustamente...
¡Y pensar que Yo destruí ante ellos al amorreo,
cuya cultura era igual a la de los cedros
y que era fuerte como los encinas:
arranqué su fruto por arriba
y sus raíces por debajo!
Y a ustedes, los hice subir del país de Egipto
y los conduje cuarenta años por el desierto,
para que tomaran en posesión el país del Amorreo.
Por eso, Yo los voy a aplastar,
como aplasta un carro cargado de gavillas.
El hombre veloz no tendrá escapatoria,
el fuerte no podrá valerse de su fuerza
ni el valiente salvará su vida;
el arquero no resistirá,
el de piernas ágiles no escapará,
el jinete no salvará su vida,
y el más valeroso entre los valientes
huirá desnudo aquel día».
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
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49, 16b-23
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R. ¡El justo gozará la salvación de Dios!
¿Cómo te atreves a pregonar mis mandamientos
y a mencionar mi Alianza con tu boca,
tú, que aborreces toda enseñanza
y te despreocupas de mis palabras? R.
Si ves a un ladrón, tratas de emularlo;
haces causa común con los adúlteros;
hablas mal sin ningún reparo
y tramas engaños con tu lengua. R.
Te sientas a conversar contra tu hermano,
deshonras al hijo de tu propia madre.
Haces esto, ¿y Yo me voy a callar?
¿Piensas acaso que soy como tú?
Te acusaré y te argüiré cara a cara. R.
Entiendan bien esto, los que olvidan a Dios,
no sea que Yo los destruya sin remedio.
El que ofrece sacrificios de alabanza,
me honra de verdad. R.
ALELUIA
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Cf. Sal 94, 8a. 7d
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Aleluia.
No endurezcan su corazón,
sino escuchen la voz del Señor.
Aleluia.
E
VANGELIO
Sígueme
Al verse rodeado por la multitud, Jesús mandó a sus discípulos que cruzaran a la otra orilla. Entonces se aproximó un escriba y le dijo: «Maestro, te seguiré adonde vayas».
Jesús le respondió: «Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza».
Otro de sus discípulos le dijo: «Señor, permíteme que vaya antes a enterrar a mi padre».
Pero Jesús le respondió: «Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos».
Palabra del Señor.