Así habla el Señor:
Aquel día, Yo levantaré la choza derruida de David,
repararé sus brechas, restauraré sus ruinas,
y la reconstruiré como en los tiempos pasados,
para que ellos tomen posesión
del resto de Edóm y de todas las naciones
que han sido llamadas con mi Nombre
–oráculo del Señor que cumplirá todo esto–.
Llegan los días –oráculo del Señor–
en que el labrador seguirá de cerca al que siega,
y el que vendimia al que siembra.
Las montañas harán correr el vino nuevo
y destilarán todas las colinas.
Yo cambiaré la suerte de mi pueblo Israel;
ellos reconstruirán las ciudades devastadas y las habitarán,
plantarán viñedos y beberán su vino,
cultivarán huertas y comerán sus frutos.
Los plantaré en su propio suelo,
y nunca más serán arrancados
del suelo que Yo les di,
dice el Señor, tu Dios.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
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84, 9. 11-14
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R. El Señor promete la paz para su pueblo.
Voy a proclamar lo que dice el Señor:
el Señor promete la paz,
la paz para su pueblo y sus amigos,
y para los que se convierten de corazón. R.
El Amor y la Verdad se encontrarán,
la Justicia y la Paz se abrazarán;
la Verdad brotará de la tierra
y la Justicia mirará desde el cielo. R.
El mismo Señor nos dará sus bienes
y nuestra tierra producirá sus frutos.
La Justicia irá delante de Él,
y la paz, sobre la huella de sus pasos. R.
Aleluia.
«Mis ovejas escuchan mi voz,
Yo las conozco y ellas me siguen», dice el Señor.
Aleluia.
E
VANGELIO
¿Acaso pueden estar tirstes mientras el esposo está con ellos?
Se acercaron los discípulos de Juan Bautista y le dijeron: «¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?»
Jesús les respondió: «¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.
Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido y la rotura se hace más grande.
Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque los odres revientan, el vino se derrama y los odres se pierden. ¡No, el vino nuevo se pone en odres nuevos, y así ambos se conservan!»
Palabra del Señor.