Viernes 26 de Julio de 2024
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Viernes de la 16° Semana durante el año
Santos Joaquín y Ana, padres de la bienaventurada Virgen María
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26 de julio
Santos Joaquín y Ana
padres de la Virgen María
Memoria
Su nombre sobrevive a través de las generaciones
Lectura del libro del Eclesiástico
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44, 1. 9-15
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Elogiemos a los hombres ilustres,
a los antepasados de nuestra raza.
Porque hay otros que cayeron en el olvido
y desaparecieron como si no hubieran existido;
pasaron como si no hubieran nacido,
igual que sus hijos después de ellos.
No sucede así con aquéllos, los hombres de bien,
cuyas obras de justicia no han sido olvidadas.
Con su descendencia se perpetúa
la rica herencia que procede de ellos.
Su descendencia fue fiel a las alianzas
y también sus nietos, gracias a ellos.
Su descendencia permanecerá para siempre,
y su gloria no se extinguirá.
Sus cuerpos fueron sepultados en paz,
y su nombre sobrevive a través de las generaciones.
Los pueblos proclaman su sabiduría,
y la asamblea anuncia su alabanza.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
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131, 11. 13-14. 17-18
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R. El Señor le dará el trono de David, su padre.
El Señor hizo un juramento a David,
una firme promesa, de la que no se retractará:
«Yo pondré sobre tu trono
a uno de tus descendientes». R.
Porque el Señor eligió a Sión,
y la deseó para que fuera su Morada.
«Este es mi Reposo para siempre;
aquí habitaré, porque lo he deseado. R.
Allí haré germinar el poder de David:
Yo preparé una lámpara para mi Ungido.
Cubriré de vergüenza a sus enemigos
y su insignia real florecerá sobre él». R.
Aleluia.
Esperaban el consuelo de Israel,
y el Espíritu Santo estaba en ellos.
Aleluia.
E VANGELIO
Muchos profetas y justos desearon ver
lo que ustedes ven
Jesús dijo a sus discípulos:
Felices los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen. Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron; oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron.
Palabra del Señor.
o de la feria:
Les daré pastores según mi corazón.
Todas las naciones se reunirán en Jerusalén
Lectura del libro de Jeremías
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3, 14-17
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¡Vuelvan, hijos apóstatas -oráculo del Señor- porque Yo soy el dueño de ustedes! Yo los tomaré, a uno de una ciudad y a dos de una familia, y los conduciré a Sión. Después les daré pastores según mi corazón, que los apacentarán con ciencia y prudencia. Y cuando ustedes se hayan multiplicado y fructificado en el país, en aquellos días -oráculo del Señor- ya no se hablará más del Arca de la Alianza del Señor, ni se pensará más en ella; no se la recordará, ni se la echará de menos, ni se la volverá a fabricar.
En aquel tiempo, se llamará a Jerusalén “Trono del Señor”; todas las naciones se reunirán en ella, y ya no seguirán más los impulsos de su corazón obstinado y perverso.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
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Jer 31, 10-12b. 13
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R. El Señor nos cuidará como un pastor.
¡Escuchen, naciones, la palabra del Señor,
anúncienla en las costas más lejanas!
Digan: «El que dispersó a Israel lo reunirá,
y lo cuidará como un pastor a su rebaño». R.
Porque el Señor ha rescatado a Jacob,
lo redimió de una mano más fuerte que él.
Llegarán gritando de alegría a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor. R.
Entonces la joven danzará alegremente,
los jóvenes y los viejos se regocijarán;
Yo cambiaré su duelo en alegría,
los alegraré y los consolaré de su aflicción. R.
Aleluia.
Felices los que reienen la Palabra de Dios
con un corazón bien dispuesto
y dan fruto gracias a su constancia.
Aleluia.
E VANGELIO
El que escucha la Palabra y la comprende produce fruto
Jesús dijo a sus discípulos:
«Escuchen lo que significa la parábola del sembrador. Cuando alguien oye la Palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y arrebata lo que había sido sembrado en su corazón: este es el que recibió la semilla al borde del camino.
El que la recibe en terreno pedregoso es el hombre que, al escuchar la Palabra, la acepta en seguida con alegría, pero no la deja echar raíces, porque es inconstante: en cuanto sobreviene una tribulación o una persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumbe.
El que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan, y no puede dar fruto.
Y el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la Palabra y la comprende. Este produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por uno».
Palabra del Señor.
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