Jueves 28 de Marzo de 2024
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JUEVES SANTO
MISA CRISMAL
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El Señor me ha ungido.
Él me envió a llevar la buena noticia a los pobres
y a darles el óleo de la alegría
Lectura del libro de Isaías
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61, 1-3a. 6a. 8b-9
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El espíritu del Señor está sobre mí,
porque el Señor me ha ungido.
Él me envió a llevar la buena noticia a los pobres,
a vendar los corazones heridos,
a proclamar la liberación a los cautivos
y la libertad a los prisioneros,
a proclamar un año de gracia del Señor,
un día de venganza para nuestro Dios;
a consolar a todos los que están de duelo,
a cambiar su ceniza por una corona,
su ropa de luto por el óleo de la alegría,
y su abatimiento por un canto de alabanza.
Y ustedes serán llamados «Sacerdotes del Señor»,
se les dirá «Ministros de nuestro Dios».
Les retribuiré con fidelidad
y estableceré en favor de ellos una alianza eterna.
Su descendencia será conocida entre las naciones,
y sus vástagos, en medio de los pueblos:
todos los que los vean, reconocerán
que son la estirpe bendecida por el Señor.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
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88, 21-22. 25. 27
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R. Cantaré eternamente tu amor, Señor.
Encontré a David, mi servidor,
y lo ungí con el óleo sagrado,
para que mi mano esté siempre con él
y mi brazo, lo haga poderoso. R.
Mi fidelidad y mi amor lo acompañarán,
su poder crecerá a causa de mi Nombre:
Él me dirá: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora». R.
Hizo de nosotros un Reino sacerdotal
para Dios, su Padre
Lectura del libro del Apocalipsis
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1, 4b-8
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Llegue a ustedes la gracia y la paz de parte de Aquél que es, que era y que viene, y de los siete espíritus que están delante de su trono, y de Jesucristo, el Testigo fiel, el Primero que resucitó de entre los muertos, el Rey de los reyes de la tierra. Él nos amó y nos purificó de nuestros pecados, por medio de su sangre, e hizo de nosotros un Reino sacerdotal para Dios, su Padre. ¡A Él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos! Amén.
Él viene entre las nubes y todos lo verán, aún aquéllos que lo habían traspasado. Por Él se golpearán el pecho todas las razas de la tierra. Sí, así será. Amén.
Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, el que es, el que era y el que viene, el Todopoderoso.
Palabra de Dios.
El Espíritu del Señor está sobre mí;
Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres.
E VANGELIO
El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque me ha consagrado por la unción
Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura. Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
«El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque me ha consagrado por la unción.
Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres,
a anunciar la liberación a los cautivos
y la vista a los ciegos,
dar la libertad a los oprimidos
y proclamar un año de gracia del Señor».
Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en Él. Entonces comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír».
Palabra del Señor.
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JUEVES SANTO
MISA VESPERTINA
DE LA CENA DEL SEÑOR
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Prescripciones sobre la cena pascual
Lectura del libro del Éxodo
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12, 1-8. 11-14
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El Señor dijo a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto: «Este mes será para ustedes el mes inicial, el primero de los meses del año. Digan a toda la comunidad de Israel:
“El diez de este mes, consígase cada uno un animal del ganado menor, uno para cada familia. Si la familia es demasiado reducida para consumir un animal entero, se unirá con la del vecino que viva más cerca de su casa. En la elección del animal, tengan en cuenta, además del número de comensales, lo que cada uno come habitualmente.
Elijan un animal sin ningún defecto, macho y de un año; podrá ser cordero o cabrito. Deberán guardarlo hasta el catorce de este mes, y a la hora del crepúsculo, lo inmolará toda la asamblea de la comunidad de Israel. Después tomarán un poco de su sangre, y marcarán con ella los dos postes y el dintel de la puerta de las casas donde lo coman. Y esa misma noche comerán la carne asada al fuego, con panes sin levadura y verduras amargas.
Deberán comerlo así: ceñidos con un cinturón, calzados con sandalias y con el bastón en la mano. Y lo comerán rápidamente: es la Pascua del Señor.
Esa noche Yo pasaré por el país de Egipto para exterminar a todos sus primogénitos, tanto hombres como animales, y daré un justo escarmiento a los dioses de Egipto. Yo soy el Señor.
La sangre les servirá de señal para indicar las casas donde ustedes estén. Al verla, Yo pasaré de largo, y así ustedes se librarán del golpe del Exterminador, cuando yo castigue al país de Egipto.
Éste será para ustedes un día memorable y deberán solemnizarlo con una fiesta en honor del Señor. Lo celebrarán a lo largo de las generaciones como una institución perpetua”».
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
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115, 12-13. 15-16bc. 17-18
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R. ¿Con qué pagaré al Señor
todo el bien que me hizo?
O bien:
R. El cáliz que bendecimos
es la comunión de la Sangre del Señor.
¿Con qué pagaré al Señor
todo el bien que me hizo?
Alzaré la copa de la salvación
e invocaré el nombre del Señor. R.
¡Qué penosa es para el Señor
la muerte de sus amigos!
Yo, Señor, soy tu servidor, lo mismo que mi madre:
por eso rompiste mis cadenas. R.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
e invocaré el nombre del Señor.
Cumpliré mis votos al Señor,
en presencia de todo su pueblo. R.
Siempre que coman este pan y beban este cáliz,
proclamarán la muerte del Señor
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo
a los cristianos de Corinto
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11, 23-26
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Hermanos:
Lo que yo recibí del Señor, y a mi vez les he transmitido, es lo siguiente:
El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó el pan, dio gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía».
De la misma manera, después de cenar, tomó la copa, diciendo: «Esta copa es la nueva alianza que se sella con mi sangre. Siempre que la beban háganlo en memoria mía».
Y así, siempre que coman este pan y beban esta copa, proclamarán la muerte del Señor hasta que Él vuelva.
Palabra de Dios.
«Les doy un mandamiento nuevo:
Ámense los unos a los otros, como Yo los he amado»,
dice el Señor.
E VANGELIO
Los amó hasta el fin
Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, Él, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el fin.
Durante la Cena, cuando el demonio ya había inspirado a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarlo, sabiendo Jesús que el Padre había puesto todo en sus manos y que Él había venido de Dios y volvía a Dios, se levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura.
Cuando se acercó a Simón Pedro, éste le dijo: «¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?»
Jesús le respondió: «No puedes comprender ahora lo que estoy haciendo, pero después lo comprenderás».
«No –le dijo Pedro–, ¡tú jamás me lavarás los pies a mí!»
Jesús le respondió: «Si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte».
«Entonces, Señor –le dijo Simón Pedro–, ¡no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza!»
Jesús le dijo: «El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está completamente limpio. Ustedes también están limpios, aunque no todos». Él sabía quién lo iba a entregar y, por eso había dicho: «No todos ustedes están limpios».
Después de haberles lavado los pies, se puso el manto, volvió a la mesa y les dijo: «¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque lo soy. Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes».
Palabra del Señor.
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