Viernes 10 de Enero de 2025
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DÍA 10 DE ENERO
O bien jueves después del domingo de Epifanía
Santa Francisca Salesia, fundadora
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El que ama a Dios debe amar también a su hermano
Lectura de la primera carta de san Juan
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4, 19-5, 4
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Hijos míos:
Nosotros amamos porque Dios nos amó primero.
El que dice: «Amo a Dios»,
y no ama a su hermano, es un mentiroso.
¿Cómo puede amar a Dios, a quien no ve,
el que no ama a su hermano, a quien ve?
Este es el mandamiento que hemos recibido de Él:
el que ama a Dios
debe amar también a su hermano.
El que cree que Jesús es el Cristo
ha nacido de Dios;
y el que ama al Padre
ama también al que ha nacido de Él.
La señal de que amamos a los hijos de Dios
es que amamos a Dios
y cumplimos sus mandamientos.
El amor a Dios consiste en cumplir sus mandamientos,
y sus mandamientos no son una carga,
porque el que ha nacido de Dios, vence al mundo.
Y la victoria que triunfa sobre el mundo es nuestra fe.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
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71, 1-2. 14. 15acd. 17
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R. ¡Pueblos de la tierra, alaben al Señor!
Concede, Señor, tu justicia al rey
y tu rectitud al descendiente de reyes,
para que gobierne a tu pueblo con justicia
y a tus pobres con rectitud. R.
Los rescatará de la opresión y la violencia,
y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos.
Por eso, que viva largamente,
que oren por él sin cesar y lo bendigan todo el día. R.
Que perdure su Nombre para siempre
y su linaje permanezca como el sol;
que Él sea la bendición de todos los pueblos
y todas las naciones lo proclamen feliz. R.
Aleluia.
El Señor me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres,
a anunciarle la liberación a los cuativos.
Aleluia.
E VANGELIO
Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura
Jesús volvió a Galilea con el poder del Espíritu y su fama se extendió en toda la región. Enseñaba en las sinagogas de ellos y todos lo alababan.
Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura. Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
«El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque me ha consagrado por la unción.
Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres,
a anunciar la liberación a los cautivos
y la vista a los ciegos,
a dar la libertad a los oprimidos
y proclamar un año de gracia del Señor».
Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en Él. Entonces comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír».
Todos daban testimonio a favor de Él y estaban llenos de admiración por las palabras de gracia que salían de su boca.
Palabra del Señor.
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