Martes 11 de Febrero de 2025
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Martes de la 5° Semana durante el año
Bienaventurada Virgen María de Lourdes
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Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semajanza
Lectura del libro del Génesis
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1, 20–2, 4a
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Continuando la creación, Dios dijo: «Que las aguas se llenen de una multitud de seres vivientes y que vuelen pájaros sobre la tierra, por el firmamento del cielo». Dios creó los grandes monstruos marinos, las diversas clases de seres vivientes que llenan las aguas deslizándose en ellas y todas las especies de animales con alas. Y Dios vio que esto era bueno. Entonces los bendijo, diciendo: «Sean fecundos y multiplíquense; llenen las aguas de los mares y que las aves se multipliquen sobre la tierra». Así hubo una tarde y una mañana: éste fue el quinto día.
Dios dijo: «Que la tierra produzca toda clase de seres vivientes: ganado, reptiles y animales salvajes de toda especie». Y así sucedió. Dios hizo las diversas clases de animales del campo, las diversas clases de ganado y todos los reptiles de la tierra, cualquiera sea su especie. Y Dios vio que esto era bueno.
Dios dijo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo».
Y Dios creó al hombre a su imagen;
lo creó a imagen de Dios,
los creó varón y mujer.
Y los bendijo, diciéndoles: «Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra». Y continuó diciendo: «Yo les doy todas las plantas que producen semilla sobre la tierra, y todos los árboles que dan frutos con semilla: ellos les servirán de alimento. Y a todas las fieras de la tierra, a todos los pájaros del cielo y a todos los vivientes que se arrastran por el suelo, les doy como alimento el pasto verde». Y así sucedió. Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno. Así hubo una tarde y una mañana: éste fue el sexto día.
Así fueron terminados el cielo y la tierra, y todos los seres que hay en ellos.
El séptimo día, Dios concluyó la obra que había hecho, y cesó de hacer la obra que había emprendido. Dios bendijo el séptimo día y lo consagró, porque en él cesó de hacer la obra que había creado.
Éste fue el origen del cielo y de la tierra cuando fueron creados.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
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8, 4-9
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R. ¡Señor, qué admirable es tu Nombre!
Al ver el cielo, obra de tus manos,
la luna y las estrellas que has creado:
¿qué es el hombre para que pienses en él,
el ser humano para que lo cuides? R.
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y esplendor;
le diste dominio sobre la obra de tus manos,
todo lo pusiste bajo sus pies. R.
Todos los rebaños y ganados,
y hasta los animales salvajes;
las aves del cielo, los peces del mar
y cuanto surca los senderos de las aguas. R.
Aleluia.
Inclina mi corazón hacia tus prescripciones
y dame la gracia de conocer tu ley.
Aleluia.
E VANGELIO
Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios,
por seguir la tradición de los hombres
Los fariseos con algunos escribas llegados de Jerusalén se acercaron a Jesús, y vieron que algunos de sus discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavar.
Los fariseos, en efecto, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes cuidadosamente las manos, siguiendo la tradición de sus antepasados; y al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones. Además, hay muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los vasos, de las jarras, de la vajilla de bronce y de las camas.
Entonces los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: «¿Por qué tus discípulos no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras?»
Él les respondió: «¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, en el pasaje de la Escritura que dice:
“Este pueblo me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí.
En vano me rinde culto:
las doctrinas que enseñan
no son sino preceptos humanos”.
Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los hombres».
Y les decía: «Por mantenerse fieles a su tradición, ustedes descartan tranquilamente el mandamiento de Dios. Porque Moisés dijo: “Honra a tu padre y a tu madre”, y además: “El que maldice a su padre y a su madre será condenado a muerte”. En cambio, ustedes afirman: “Si alguien dice a su padre o a su madre: Declaro corbán –es decir, ofrenda sagrada– todo aquello con lo que podría ayudarte...”. En ese caso, le permiten no hacer nada más por su padre o por su madre. Así anulan la palabra de Dios por la tradición que ustedes mismos se han transmitido. ¡Y como éstas, hacen muchas otras cosas!»
Palabra del Señor.
En la diócesis de San Rafael:
NUESTRA SEÑORA DE LOURDES, Copatrona de la diócesis: solemnidad.
11 de febrero
Nuestra Señora de Lourdes
Memoria libre
Yo haré correr hacia ella la paz como un río
Lectura del libro de Isaías
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66, 10–14c
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¡Alégrense con Jerusalén
y regocíjense a causa de ella,
todos los que la aman!
¡Compartan su mismo gozo
los que estaban de duelo por ella,
para ser amamantados y saciarse
en sus pechos consoladores,
para gustar las delicias
de sus senos gloriosos!
Porque así habla el Señor:
Yo haré correr hacia ella
la paz como un río,
y la riqueza de las naciones
como un torrente que se desborda.
Sus niños de pecho serán llevados en brazos
y acariciados sobre las rodillas.
Como un hombre es consolado por su madre,
así yo los consolaré a ustedes,
y ustedes serán consolados en Jerusalén.
Al ver esto, se llenarán de gozo
y sus huesos florecerán como la hierba.
La mano del Señor se manifestará a sus servidores.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
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Jdt 13, 18-19
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R. ¡Tú eres el honor de nuestro pueblo!
Que el Dios Altísimo te bendiga, hija mía,
más que a todas las mujeres de la tierra;
y bendito sea el Señor Dios,
creador del cielo y de la tierra. R.
Nunca olvidarán los hombres
la confianza que has demostrado
y siempre recordarán el poder de Dios.
Que Dios te exalte para siempre. R.
Vi la nueva Jerusalén,
embellecida como una novia preparada para recibir a su esposo
Lectura del libro del Apocalipsis
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21, 1–5a
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Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe más.
Vi la Ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo y venía de Dios, embellecida como una novia preparada para recibir a su esposo.
Y oí una voz potente que decía desde el trono: «Esta es la morada de Dios entre los hombres: Él habitará con ellos, ellos serán su Pueblo, y el mismo Dios estará con ellos. Él secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó».
Y el que estaba sentado en el trono dijo: «Yo hago nuevas todas las cosas».
Palabra de Dios.
ALELUIA (Se omite en Cuaresma)
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Cf. Lc 1, 45
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Aleluia.
Feliz de ti, Virgen María, por haber creído
que se cumpliría lo que te fue anunciado de parte del Señor.
Aleluia.
E VANGELIO
Y la madre de Jesús estaba allí
Se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino». Jesús le respondió: «Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía». Pero su madre dijo a los sirvientes: «Hagan todo lo que Él les diga».
Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. Jesús dijo a los sirvientes: «Llenen de agua estas tinajas». Y las llenaron hasta el borde. «Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete». Así lo hicieron.
El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y les dijo: «Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento».
Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en Él.
Palabra del Señor.
En la diócesis de San Martín:
NUESTRA SEÑORA DE LOURDES, Patrona de la diócesis: fiesta.
Yo haré correr hacia ella la paz como un río
Lectura del libro de Isaías
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66, 10–14c
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¡Alégrense con Jerusalén
y regocíjense a causa de ella,
todos los que la aman!
¡Compartan su mismo gozo
los que estaban de duelo por ella,
para ser amamantados y saciarse
en sus pechos consoladores,
para gustar las delicias
de sus senos gloriosos!
Porque así habla el Señor:
Yo haré correr hacia ella
la paz como un río,
y la riqueza de las naciones
como un torrente que se desborda.
Sus niños de pecho serán llevados en brazos
y acariciados sobre las rodillas.
Como un hombre es consolado por su madre,
así yo los consolaré a ustedes,
y ustedes serán consolados en Jerusalén.
Al ver esto, se llenarán de gozo
y sus huesos florecerán como la hierba.
La mano del Señor se manifestará a sus servidores.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
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Jdt 13, 18-19
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R. ¡Tú eres el honor de nuestro pueblo!
Que el Dios Altísimo te bendiga, hija mía,
más que a todas las mujeres de la tierra;
y bendito sea el Señor Dios,
creador del cielo y de la tierra. R.
Nunca olvidarán los hombres
la confianza que has demostrado
y siempre recordarán el poder de Dios.
Que Dios te exalte para siempre. R.
ALELUIA (Se omite en Cuaresma)
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Cf. Lc 1, 45
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Aleluia.
Feliz de ti, Virgen María, por haber creído
que se cumpliría lo que te fue anunciado de parte del Señor.
Aleluia.
E VANGELIO
Y la madre de Jesús estaba allí
Se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino». Jesús le respondió: «Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía». Pero su madre dijo a los sirvientes: «Hagan todo lo que Él les diga».
Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. Jesús dijo a los sirvientes: «Llenen de agua estas tinajas». Y las llenaron hasta el borde. «Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete». Así lo hicieron.
El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y les dijo: «Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento».
Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en Él.
Palabra del Señor.
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